Podemos decir que el rey absoluto de la Amazonía peruana es el aguaje. Este fruto es de consumo habitual en la selva y también se comercializa en diversas formas: fruta seca, jugo fresco, pulpa o incluso en forma de chupetes y helados. Su utilización está particularmente extendida en ciudades de la Selva Baja, como Iquitos o Puerto Maldonado, y su comercialización es importante en la economía de la zona. En las calles de las ciudades amazónicas no faltan nunca las «aguajeras», que venden estos frutos fresquísimos o la pulpa envasada en bolsas de plástico.