Quesadilla de albaricoques y pimientos
No hay nada como levantarse una mañana de primavera y tener la suerte de asomarte a una ventana en la que crecen divertidas las flores y zumba algún que otro abejorro que te da los buenos días… Admirar el paisaje: a lo lejos un tractor que traquetea entre el mijo que brota y en la era dos gorriones que picotean unas migas olvidadas…
Pero la realidad es otra, pues nuestras mañanas no suelen ser así. Muy al contrario… Despertador y ¡que comience la carrera! Te levantas a toda prisa, picas cualquier cosa mientras sorbes el café ya tibio, corres hacia la puerta con el móvil pegado a la oreja… ¡Uy, las llaves!
Sin embargo, cuando llega el buen tiempo, aunque sea en medio de una calle concurrida de una gran ciudad, apetece más que nunca detenernos unos minutos al día en una terraza soleada ante alguna delicia, fresca y sana, que prepares en casa para ese momento especial. Una ensalada de frutas de primavera, como fresas, cerezas y albaricoques, unas tostadas con crema de queso y coulis de frambuesas o un bocadillo de pan integral y setas a la plancha regadas con un buen aceite de oliva…
Pero para hoy tenemos algo aún más especial. ¿Qué te parece una quesadilla de albaricoques y pimientos? ¡Manos a la obra!
Quesadilla de albaricoques y pimientos
Tiempo: 30 minutos
Dificultad: baja
Ingredientes para 4 personas
8 albaricoques maduros
8 tortillas de maíz
8 lonchas de mozzarella
1 pimiento verde
2 cebolletas
2 huevos
2 cucharadas de aceite
Preparación
Para comenzar, limpia y pela los albaricoques y desecha los huesos. Parte la pulpa en trozos. En una sartén grande, calienta 1 cucharada de aceite y rehoga los albaricoques a fuego medio hasta que se doren pero con cuidado de que no se deshagan. Reserva.
En un cuenco, bate los huevos y pasa por ellos las tortillas de maíz. En otra sartén, grande también, con 1 cucharada de aceite, cuece por los dos lados las tortillas sin que lleguen a dorarse y resérvalas sobre papel de cocina. Corta el pimiento y las cebolletas en tiras finas.
Monta las quesadillas en este orden: 1 loncha de mozzarella; unas tiras de pimiento y unas rodajas de cebolleta; por último, unos trozos de albaricoques. Dóblalas y vuelve a cocerlas en la sartén hasta que el queso se derrita y la tortilla esté dorada.
Un buen consejo (o dos): Puedes hacer estas estupendas quesadillas con cualquier fruta de primavera, o en otra estación del año con las frutas que le correspondan. Si lo prefieres, puedes sustituir la mozzarella por queso fresco y ya no necesitarás calentar la tortilla antes de degustarla. Aunque esto no tiene por qué ser un problema: seguro que en tu oficina hay un microondas que funciona a todo trapo. Ahora sólo te falta encontrar la terraza soleada y pedirte para acompañar tu tentempié un buen zumo cargado de vitaminas. Prueba con uno de fresas, zanahoria y naranja. ¡No falla!