El plátano, esta fruta tan conocida y tan común en los fruteros de nuestras casas, es en realidad una joya para nuestra salud, además de ser riquísima al paladar, es nutritiva, contiene vitamina C y B6, proteínas, fécula, hidratos de carbono, fibra y minerales como magnesio y potasio. Un plátano mediano de unos 100 gramos contiene tan solo 100 kilocalorías. (que no es lo mismo que “calorías”, pero esto ya os lo explicaré en otro post)
Es recomendable comerlo en cualquier momento del día, pero se recomienda no ingerirlo por la noche debido a la cantidad de fécula que posee, ya que la fécula engorda y no es esto lo que queremos.
Para 4 personas
Ingredientes:
- 4 plátanos grandes maduros
- 75 ml de kirsch
- 5 cucharadas soperas de azúcar
- 3 cucharadas soperas de mantequilla
Preparación:
- Cortar la piel de los plátanos de arriba abajo y sacar con cuidado la pulpa, reservando las cortezas.
- Sobre un cuenco, corte los plátanos en rodajas finas. Agregar el kirsch y tres cucharadas de azúcar y dejar macerar 30 minutos.
- Calentar el horno a 180 ºC.
- Con un poco de la mantequilla fundida, engrasar una fuente para horno en la que quepan los plátanos en una sola capa.
- Poner las cortezas de plátano una junto a otra en la fuente.
- Colocar la fruta troceada y macerada en las pieles, distribuyéndola por igual. Regar con el jugo.
- Poner por encima el resto de la mantequilla y el azúcar.
- Hornear durante 25 minutos.
- Servir caliente en las pieles regado con el almíbar.