Hoy os traigo unas flores con miel. Aunque hay dos formas de hacerlas, una que se elabora con una masa más bien líquida y con la ayuda de un molde para flores, (que os la explicaré otro día), y otra la que hoy nos ocupa. Esta se elabora con un tipo de masa más espesa y se trabaja con las manos.

Realmente riquísimas, uno de esos tantos postres que nos dejaron como herencia los musulmanes y que en Andalucía son tan típicos. Introduje esta receta en el libro de “Un viaje por la cocina andaluza” de la editorial Susaeta, que realizamos en nuestro estudio de Proforma Visual Communicatión y que os pongo aquí como adelanto para que os animéis a comprar el libro. Espero que os guste y disfrutéis lo mismo que nosotros.

Para 8 personas

Dificultad: alta

Tiempo: 1 hora

Ingredientes:

  • 2 huevos
  • 200 g de miel
  • 200 g de harina
  • 50 ml de anís seco
  • 50 ml de aceite de girasol
  • aceite para freír

Preparación:

  1. En un cuenco grande, batir los huevos. Incorporar el anís y el aceite de girasol.
  2. Mezclar hasta que los ingredientes queden bien emulsionados.
  3. En ese momento, agregar la harina y trabajar la mezcla hasta conseguir una masa elástica y homogénea.
  4. Cuando la masa esté lista, formar pequeñas bolas con ella y extenderlas con el rodillo sobre la superficie de trabajo enharinada hasta lograr cintas de un grosor de apenas 1 mm.
  5. Con la ayuda de un palito de madera, ir enrollando las cintas de masa una por una para dar forma a las rosas.
  6. Mientras tanto, calentar el aceite de freír en una sartén con las paredes altas. Cuando el aceite esté bien caliente, introducir las rosas por tandas y freírlas hasta que estén doradas pero no demasiado, pues deben quedar tiernas. Dejar las rosas sobre papel de cocina para que suelten el exceso de aceite y se enfríen.
  7. Disponer las rosas en una fuente de servir y bañarlas con la miel, que se habrá de calentar al fuego si no está muy líquida.