La salsa de Tabasco es una de las salsas picantes, o “salsas calientes”, más conocidas del mundo en general, y de la cocina tex-mex en particular. Estas “salsas calientes” en realidad se sirven frías, ya que el nombre “caliente” proviene de una traducción literal de la palabra inglesa “hot”, que significa al mismo tiempo caliente y picante.

Las salsas calientes o picantes añaden sabor y diversión incluso a los platos más insulsos, si se utilizan en cantidades adecuadas al gusto del consumidor, además de contener muchas vitaminas, sobre todo del grupo C, lo que resulta ideal para combinar con cereales, legumbres y carnes, ya que la vitamina C ayuda a que nuestro organismo asimile el hierro que estos tres alimentos contienen. Se consumen salsas picantes en todo el mundo: en diversos platos de la cocina mexicana, cajun y asiática, así como en ciertas regiones de Europa y África, aunque el uso más extendido de las salsas calientes americanas es la barbacoa.

Para este uso, además del picante, una salsa caliente debe ser agridulce: el dulzor lo aporta el tomate, pero la acidez o toque agrio del plato, además del tomate, tiene otro origen: el vinagre, añadido sabiamente para que se combine con los demás sabores en la proporción ideal.

De todos modos, hay que añadir que existen dos versiones de salsa de Tabasco: la agridulce (con tomate), y una versión mucho más fuerte y picante (que sólo lleva chile puro, vinagre y sal). Por lo tanto, el tomate es opcional.

Receta de Salsa Tabasco

Ingredientes:

  • 250 gr. de chile Tabasco seco
  • 500 gr. de tomates (opcional)
  • 5 dientes de ajo
  • Vinagre de sidra
  • Sal

Preparación:

  1. Protegiéndose las manos con guantes, lavar los chiles, escurrirlos y despojarlos del rabito.
  2. Pelar los dientes de ajo.
  3. Disponer los tomates enteros, los ajos y los chiles en una cacerola, cubrir con agua y llevar a ebullición.
  4. Dejar hervir a fuego medio hasta que reviente la piel de los tomates.
  5. Retirar la olla del fuego y escurrir los ingredientes.
  6. Triturar los chiles, tomates y ajos utilizando una batidora eléctrica o una licuadora; si es necesario añadir agua para triturar, utilizar el agua sobrante de hervir las hortalizas.
  7. Agregar sal y vinagre de sidra al gusto y almacenar, bien tapado, en el frigorífico hasta el momento de consumir.