No hay mejor anuncio del verano que la sandía. Dulce, de color rojo pasión, rica en vitaminas y sobre todo muy refrescante. Esta fruta empieza a aparecer en los mercados y los súpers en los meses de marzo y abril, y su temporada se prolonga hasta septiembre. Pero es ahora, en julio, cuando está en su mejor momento, hasta el punto de que Estados Unidos lo ha declarado el Mes Nacional de la Sandía.

6 razones para comer sandía

  1. Contra el mal humor. La sandía es la fruta con mayor cantidad de agua, aproximadamente un 90%. Por eso es perfecta en verano para combatir el calor, la deshidratación y sus efectos secundarios, como dolores de cabeza, falta de concentración, fatiga y mal humor.
  2. Baja en calorías. ¿Quién no ha oído hablar de la dieta de la sandía? Al tener tanto contenido en agua, aporta muy pocas calorías, por lo que es excelente para disfrutar de ella sin remordimientos. Además, al ser diurética, facilita la eliminación de líquidos
  3. Rica en vitaminas A y C. Con solo 46 calorías por taza, la sandía ofrece el 20% de la cantidad recomendada de vitamina C y el 17% de la vitamina A, imprescindibles para aumentar nuestras defensa naturales y el buen mantenimiento de la piel y las mucosas.
  4. Protector celular. La sandía es muy rica en licopeno, una sustancia que actúa de poderoso antioxidante y que es la responsable de su característico color rojo. Este componente protege las células del envejecimiento prematuro, combate las enfermedades del corazón y previene algunos tipos de cáncer.
  5. Relajante muscular. Según varios estudios (por ejemplo, del Journal of Agricultural and Food Chemistry o de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de Cartagena, en Murcia), beber zumo de sandía antes de una actividad intensa ayuda a reducir el dolor y puede ser muy relajante.
  6. Pepitas para la salud. Aunque muchas veces las desechamos, las pepitas son también una buena fuente de nutrientes. Ricas en proteínas, vitamina B y minerales como magnesio, fósforo, hierro, potasio o sodio, aportan energía y propiedades antioxidantes, laxantes y diuréticas.
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Y es que, para comer sandía, como dijo un cantautor, nos sobran los motivos.